Los engarces de la sabiduría
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Colección:Generalife
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Autor(a):Ibn al Arabi
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Fecha de edición:1 enero 2014
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ISBN:9788494098666
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ISBN eBook:9788412251876
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Páginas:292
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Encuadernación:Tapa blanda / eBook
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Traducción:Equipo editorial
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Peso:400 g
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Dimensiones:13 × 1,1 × 21,5 cm
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PVP Tapa blanda:19,00 € (20.40 $USD)
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PVP eBook:5,00 € (5.37 $USD)
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Hay existencias
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Ibn Arabi elabora un recorrido por cada uno de los enviados de Dios -Noé, Abraham, Job, Jesús, Mahoma, entre otros-, para mostrar «los conocimientos» manifestados en cada uno de ellos. Resalta con fina precisión el carácter absoluto de la Unidad de Dios, Su amor incondicional al hombre, Su manifestación en todo lo creado y las llaves que permiten su comprensión. Cada expresión es una piedra preciosa en la que el creyente puede llegar a comprender a Dios a través de su propio reflejo. Como el mismo autor advierte, este texto «procede de la estación más santa», es una joya engarzada al alcance del devoto buscador.
Tamaño del archivo : 881 KB
Word Wise : No activado
Editorial : Editorial Sufi (30 agosto 2020)
Longitud de impresión : 174 páginas
Texto a voz : No activado
Lector de pantalla : Compatibles
Tipografía mejorada : Activado
ASIN : B08H2L4FLH
Idioma: : Español
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Sobre el autor
Ibn al Arabi
Ibn al-Arabi (Abu Bakr Muhammad ibn ‘Ali ibn ‘Arab) nació en Murcia, España, en 1165 y murió en Damasco, Siria, en 1240
Pensador, poeta y filósofo, es uno de los grandes maestros de la Tradición Sufí. Es considerado desde hace siglos por los maestros sufíes de muchas órdenes como un gran maestro conocedor por ‘experiencia (espiritual) directa’, al que incluso han dado el calificativo de Sheij al Akbar, «el más grande de los maestros».
El ansia de saber condujo a Ibn al Arabi a una vida viajera, recorriendo primero su Al-Andalus natal y luego el norte de África visitando a los diferentes grupos sufíes. Visitó El Cairo y Jerusalén. Después de pasar dos años de emociones espirituales en La Meca decidió continuar su viaje por Bagdad, Mosul, y Damasco, donde vivió durante 17 años hasta su muerte. Dedicó toda su vida al estudio teológico que derivó en un conocimiento profundo sobre la unicidad de las diversas creencias religiosas. Para él, toda experiencia mística es una manifestación del fervor del ser humano, expresión del Amor del creado hacia su Creador. También sostuvo de forma permanente que el mundo se ofrece al hombre como fuente de inspiración, ya que allí reside la huella indeleble de Su Señor.
Todas estas ideas resultan hoy nuevamente reveladoras e inspiradoras.